Desde el 2016, Colombia impuso un impuesto a las bolsas plásticas para reducir la huella ecológica, generando debates sobre su impacto ambiental. Aunque las bolsas de plástico son vistas como grandes contaminantes, las de papel y tela también presentan problemas, pues su producción consume más recursos naturales y tienen una mayor huella de carbono. El reciclaje eficiente del plástico y una buena gestión de residuos pueden mitigar estos impactos, sugiriendo que la elección entre tipos de bolsas depende más de prácticas sostenibles que del material en sí.